sábado, 1 de agosto de 2009

Cáp.50: Difícil Tarea

Detalles, detalles y más detalles; pasaron cuatro semanas organizando detalles. Las invitaciones ya habían sido enviadas y el teléfono nos mareaba a todos con su constante sonido, el cual provenía de familiares, amigos y alguna que otra fan que conseguía nuestro número; para los paparatzziz no fue complicado tomar algunas fotos de los anillos. La noticia ya estaba propagada. Recibíamos más de cien cartas diarias; un noventa por ciento eran de felicitaciones, y el otro diez por ciento contenían un cuanto de odio hacia Zel y yo, incluso algunas de estas para Angie y May.
El viaje hacia Paris ya estaba en orden debido a que en dos días, solo en dos días sería la boda; mi boda. Una boda que significaba más que una fiesta, era una nueva etapa de nuestras vidas, era la unión de estas.
Los futuros esposos estaban relajados; Marie y Simone los habían acompañado en la búsqueda de nuestros vestidos, por lo cual todo había resultado bastante cómodo para ellos. También compraron los vestidos de las damas de honor que por obviedad serían Angie y Mayiss. Moría de curiosidad por verlos, pero decidieron que fuera una sorpresa; me tentaba a quitarles ese plástico protector que impedía su admiración cada vez que pasaba junto a estos, supe resistirme.
Sin embargo Zel y yo moríamos de nervios; al día siguiente partiríamos a Paris y no teníamos ni un traje. Teníamos que empeñar un largo día de compras para encontrar el vestuario perfecto…

- Despierta ¡! – Zel me jaloneó un poco cuando aún estaba dormida, entreabrí los ojos y noté que el reloj de mesa marcaban las 7:00 am.

- Apenas son las 7 ¡! Sigue durmiendo Zel – me volví a cubrir con el edredón que ella me había arrebatado.

- Oye, si aún recuerdas… tenemos que conseguir dos trajes perfectos con zapatos y accesorios hoy mismo; pasado mañana es nuestra boda – calmó su tono de voz para que yo me diera cuenta del sarcasmo. Al escuchar la frase me paré de un brinco y comencé a arreglarme. Sin darme mucha cuenta ya nos encontrábamos en el 300 C, el ruido de motor me quitó el sueño que aún guardaba.

- Veo a dos hermosas mujeres en un coche deportivo; acaso esto es el paraíso ¿? – bromeó Tom quien salió de la casa antes de que Zel pisara el acelerador, ella conduciría esta vez.
- No Tommy, esto no es el paraíso; nosotras somos el paraíso – le sonreí a la vez que el se sorprendía por mi ego elevado.

- Estas aprendiendo del maestro Koko – se señaló con los pulgares a la vez que jugaba con el pearcing de sus labios.

- Ush, aquí el ambiente me huele a gente modesta – Zel rozó el acelerador con la punta de sus tacones.

- Hey ¡! Esperen, a donde van ¿? – dijo Tom imponiéndose en frente del auto lo cual nos obligó a detenernos.

- Iremos por los trajes de los novios, si notas se nos hace tarde ¡! Así que muévete cuñadito – Zel rió de forma cariñosa a la vez que movía su mano de un lado a otro para que Tom se apartara del camino.

- Puedo ir ¿? Aún no tengo mi traje y necesito consejos de alguien para comprarlo, en lo contrario acabaré poniéndome una de las sudaderas y uno de los pantalones de siempre con una playera que diga `` Quiero sexo ´´ - Tom soltó una risita, y debido al mensaje de su futura playera nosotras accedimos. Él subió a uno de los asientos traseros y Zel hizo que el motor `` gritara ´´. Varias camionetas de VSD nos siguieron; ya era común para nosotras, cada vez que salíamos estaban ahí, y más en los últimos días ya que Georg y Bill se pusieron un cuanto paranoicos en el aspecto de proteger a sus futuras esposas.

- Hemos llegado – Zel subió las ventanillas automáticas cuando ya había encontrado un lugar en el estacionamiento del centro comercial. Bajamos del auto, los tacones de Zel junto a los míos marcaban sonido por cada paso que dábamos en el piso de concreto. Subimos por uno de los ascensores hacia el primer piso, cuando las puertas de este se abrieron varias miradas se clavaron en nuestra dirección; y no precisamente por nosotros, si no por los chicos de VSD que nos rodeaban casi sin dejarnos ver el camino, un gran escudo protector.

- Bien, esta es la primer tienda de trajes – dije asomándome entre los cuerpos que nos protegían. En el camino hacia la tienda había sentido uno que otro flash de paparatzziz que intentaban hacer su trabajo, y también había escuchado uno que otro grito de fanáticas: `` Es Tom ¡! Tom Kaulitz ´´, `` Son las que se van a casar con Bill y Georg ´´, `` Tom, ich liebe dich ´´, `` Koni y Zeltzin ¡! ´´.
Cuando dimos el primer paso en la tienda, me recordó bastante a la agencia de modelos de Samantha, el mismo olor a sándalo y vainilla y una decoración bastante similar.
Empezamos la búsqueda. Revisamos todos los percheros de izquierda y derecha, había trajes lindos, pero no eran lo que buscábamos, no eran perfectos. Tom revisaba por su cuenta pidiéndonos nuestra opinión cada vez que le agradaba un traje, pero ninguno nos había convencido aún.

- Que tal este ¿? – dijo él desde el otro lado de la tienda con un traje en mano.

- Se ve bien, porque no te lo pruebas ¿? – propuso Zel. Esperamos sentadas en uno de los sillones que había en medio de la tienda. Seguía angustiada, ya había pasado un rato y todavía no teníamos nada, noté en las pupilas de mi hermana que también guardaba esa preocupación. El ruido de la puerta del probador al abrirse nos sacó de la angustia…

- Hasta los trajes me quedan de maravilla – Tom salió de esta. El resultado nos sorprendió, se veía de bastante bien. El color del traje era negro satinado, consistía en dos partes, el saco que era un cuanto holgado al igual que los pantalones, guardando el clásico estilo de Tom. Abajo del saco se encontraba la camisa en blanco lo cual combinaba a la perfección con los colores de la boda. Al acercarme noté que los botones de esta eran pequeñas guitarras en color negro también. Sonreí por el detalle.

- Es perfecto – Zel dirigió la mirada a los pies de Tommy que se encontraban en calcetines; sin pensarlo dos veces tomó unos zapatos negros que conservaban un estilo deportivo – Ten, ponte estos. –
Tom obedeció y pronto ya le daba el toque final a su look. Se admiró más de quince minutos en el espejo de cuerpo completo; tuvimos que sacarlo de su enamoramiento hacia si mismo con un poco de trabajo. Pagamos el traje y seguimos con la búsqueda. Recorrimos tiendas y tiendas; pero aún sin encontrar nada. Zel y yo no éramos de esas chicas que nos conformábamos con lo que fuera, todo tenía que ser perfecto, tal vez eso era un defecto en el punto de vista de algunas personas; pero al fin y al cabo todo resultaba increíble.

- Muero de hambre – se quejó Tom cuando pasamos al lado de un `` Mc Donald´s ´´. Su cara se tornó como la de un niño pequeño en navidad cuando se quedó viendo a los carteles que anunciaban las hamburguesas.

- Esta bien, entremos – accedí cuando noté que los chicos del VSD ponían la misma expresión que Tom – De todas formas me necesito sentar, los tacones me están matando –
Zel y yo pedimos una ensalada; no nos podíamos exceder en la comida con una boda en vista. Tom saturó la mesa con casi todo el menú del lugar.

- Sabes Zel, eres una muy buena cuñada – Tommy habló con la boca llena lo cual nos permitió ver las papas fritas trituradas en ella – Siempre quise que mi gemelito fuera feliz, que estuviera con alguien que valiera la pena y que lo valorará, y mira… Vóala ¡! Deseo concedido –

- Tommy, a pesar de tu ego enorme y adicción a las chicas de una noche; eres el mejor cuñado que alguien pude elegir – Zel le guió un ojo mientras metía el tenedor a su boca.
Siempre todos seríamos una familia, una loca y divertida familia, siempre seguiríamos caminando con el presente y con el futuro, siempre estaría el cariño y el apoyo que cada uno guardaba y lo expresaba de forma especial, única.

- Disculpen – dijo Tom sacando su celular y contestando la llamada que acababa de sonar. Tom parecía emocionado y sonreía constantemente; se alcanzaban a escuchar risas y felicidad del otro lado del teléfono. Él no paraba de sonreír, una sonrisa indescriptible, una que había admirado muy pocas veces. Tom repitió varias veces las frases `` amor, nena, cielo, bebé ´´ en su llamada. La mente de Zel y la mía empezó a curiosear.

- Eaaa Galán ¡! Jaja ¡! Con quien hablabas ¿? – pregunté dándole un suave codazo en el brazo.

- Con Angie – dijo en tono normal siguiendo con su hamburguesa. Zel y yo nos mirábamos atónitas. Tom se había referido a Angie con palabras cariñosas, y con una sonrisa especial; no hablamos más del tema por el resto de la comida y seguimos con la búsqueda. Recorrimos diez tiendas más; pero ninguna, ninguna tenía lo que queríamos. Frustrada me senté en una de las bancas.

- Koni ¡! Vamos levántate, tenemos que seguir, el centro comercial cierra en dos horas – dijo Zel tomando de mi mano.

- Es inútil Zel, me rindo – apoyé las manos en mi cabeza; no tenía ni la más mínima idea de que haríamos sin los trajes – Hemos recorrido todas las tiendas y tu sabes que ninguna tiene lo que queremos –

- Todavía podemos intentar, pero ya no tenemos mucho tiempo – dijo Tom repartiendo autógrafos y fotos a un grupo de chicas que se había colado entre el equipo VSD.

- Acéptenlo, perdimos, no tenemos los traj… - me interrumpí a mi misma cuando levanté la vista. Justo en frente de nosotros, en una tienda que la ocultaban las escaleras eléctricas había dos trajes en el aparador. Dos trajes perfectos.

- Esos – señaló Zel juntó conmigo. En dos segundos ya estábamos dentro de la tienda. Los teníamos ya. El traje de Bill y el de Georg. Eran sumamente parecidos, el traje de Billy quien eligió Zel era blanco con rayas negras verticales, consistía en un saco y un pantalón al igual que en una camisa satinada negra que hacia juego con el traje de Tom. Zel eligió unos zapatos blancos un cuanto puntiagudos. Elegí el traje de Geo, era justo igual que el de Bill pero con los colores invertidos, negro con rayas blancas verticales, camisa satinada blanca y zapatos negros. Miramos los trajes con expresiones embobadas. A eso nos referíamos con perfección. Después de la aprobación de Tom, di la tarjeta de crédito a la señorita de la tienda, y poco a poco observé como la deslizaba en su máquina, deslizaba un detalle más que conformarían algo enorme, nuestra boda.

- Difícil tarea – Zel soltó un suspiro de alivio cuando nos encontrábamos en el estacionamiento. Los trajes los llevaban los chicos del VSD con sumo cuidado; sonreí asintiendo; otra vez nuestros tacones marcaban sonido por cada paso que dábamos en el piso de concreto, ahora eran pasos agotados; pero emocionados a la vez, caminando hacia el futuro, caminando hacia dos días, caminando hacia una boda.

2 comentarios

Daniela Camelo dijo...

Hallo....
amoo tu fic!!
ke pena ke ia ze
va a akbar
pero wuee
tu me dijistez ke
abria
una nueva fic
i toi feliz!!!
wiii
me voiii
bie cdT!

zeL vOn Kaulitz dijo...

ñam ñam ....

nos casamos nena ... !!

ii iia tan rpaido solo faltan dos días

pero osea me caso con thu padre & ni siqiera sabe qee es thu padre!! .. a no si sabe =D

duh

awww... no qiiero qe esto acabe chamaca

ii QUIERO qee estes bien (:

ein kuss...

ich liebe dich <3

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