miércoles, 5 de agosto de 2009

Cáp.52: La Boda


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Quedé dormida entre películas y emociones, en la suite de Angie. De una forma u otra desperté en mi suite, junto al hombre que en pocas horas se convertiría en mi esposo. Tenues rayos de luz se colaban por los huecos que la pesada cortina dejaba, me paré de la cama para inspeccionar el clima, aparté con la punta de mis dedos la cortina, y satisfecha di media vuelta cuando pude apreciar que el sol estaba imparable…

- Hoy nos casamos amor – apenas susurró Georg quien se tallaba los ojos. Acababa de levantarse.

- Hoy – acompañé su susurro después de unos segundos, cayendo en cuenta de lo futuro. Me sorprendió que había podido dormir como un ángel a pesar de la emoción y… los nervios.

- Oh vamos nena, no llores o me contagiarás – me dijo cuando notó que mis mejillas se transparentaban a través de las lágrimas, las cuales aumentaban. Se acercó y hundió mi cabeza en su cabello…

- Turn around, i am here… - su voz empezó a entonar la canción; una voz grave y desentonada claro, pero aún así era maravillosa. No ayudó para el llanto, al contrario, lo aumentó; no era un llanto desesperado y triste, era un llanto de felicidad, nostálgico. Nuestras miradas cruzaron, se detuvo ahí. Tomó con suavidad mi mano y la posó en su pecho, en el lado izquierdo; sentí la palpitación de su corazón, era acelerada, se distinguía perfectamente.

- Cada vez que estas cerca es así – dijo refiriéndose a las constantes golpecitos de su corazón. Reímos. Volvió a entonar la canción, una vez más…

- Turn around, i am here… -

- If you want it’s me you’ll see. Doesn’t count, far or near. I can hold you when you reach for me – complete. Suspiramos con delicadeza y nuestra mirada se quedó fija, uno al otro; no dije nada al igual que el tampoco. No era necesario. Las palabras ya no podían expresar ni la más mínima parte de lo que sentíamos.
El sonido estruendoso de la puerta nos sacó de nuestro ensueño, aunque no por completo; me limité a contestar…

- Pase, está abierto – la puerta rechinó junto a los pasos de Marie quien acababa de entrar. No tardó ni un segundo para que el maquillaje que llevaba se escurriera sobre el contorno de sus ojos al admirarnos a Geo y a mí. Corrimos a consolarla en brazos; Marie tampoco habló, al parecer Geo había heredado lo de aprender a leer miradas.

- Tu padre… – empezó Marie quebrando la voz – Tu padre a mandado una carta – le extendió un fino papel amarillento a Geo. Él sin mucho afán lo tomó y comenzó a leer; las letras se trasparentaban debido a la luz, pude descifrar las palabras…

Georg: Hoy es el día en que te casas. Hoy es el día de tu unión. Quiero disculparme por mi poca presencia y nuestra mala relación a lo largo de tu vida; solo no se me relacionar. En verdad no sabes cuanto te quiero y lo mucho que estoy orgulloso de ti en todos los aspectos; en tu carrera como músico y ahora… en tu matrimonio que en pocas horas vas a conceder. Geo, cuídala mucho. Cuida a tu madre y a Koni, que por cierto es muy bella según las fotografías de los paparatzziz. Son mujeres muy importantes. Déjame decirte que hoy será el mejor día de tu vida. Feliz boda ¡! Feliz día ¡! Feliz vida ¡!. Te quiere, papá.

Finas gotas de los ojos de Georg humedecieron el papel; sonrío; sonreímos en realidad; dobló el papel con sumo cuidado, así guardándolo en una cajita. El día ya era excelente, y ahora, se mejoraba poco a poco, en cada instante. A su lado lo abrasé; aún no lo podía creer, estaba a unas horas de casarme.

- Buenos días tortolos ¡! – Tom entró a la habitación sin previo aviso – Oh, espero no interrumpir nada – dijo al notar nuestros rostros nostálgicos.

- Eh no, no interrumpes nada – mintió Georg agachando la cabeza para disimular los mojados ojos; no quería convertirse en motivo de burla para Tom.

- Estas llorando ¿? ¡! – preguntó Tommy emocionado. Las carcajadas de su parte comenzaron; lo ignoré hasta el momento que la risa paró y escuche algunos sollozos. Me di cuenta, ahora el llanto se había apoderado de Tom; era obvio, su hermano y uno de sus mejores amigos se casaban.

- Ahora quien llora ¿? – respondió Geo en tono burlón. Terminaron el momento chocando los nudillos de sus manos.
- Basta de lágrimas o la novia no podrá maquillarse de lo irritados que estarán sus ojos – dijo Marie desenvolviendo un pequeño pañuelo que llevaba en su bolso, secó mis pómulos de una forma maternal.

- Dónde está mi bebé ¿? – La tía Caty entró desesperada a mi habitación; tomó mi cabeza en sus brazos – Oh ¡! No lo puedo creer todavía, mi bebé se casa –

- Así es, nuestra bebé – agregó John llegando unos segundos después. Lloraron. Lloraron produciendo que esa oleada de felicidad a través de lágrimas se volviera a apoderar de nuevo a lo largo de la suite.
Zel llegó junto con Bill, los padres de ambos llegaron también. Saludé a los padres de Zeltzin y Angie; hace años que no los veía; los extrañaba también pues habían cooperado bastante con mi infancia.

- Ya temprano y todos llorando ¿? – Se mofó mi Sis quien entraba a la habitación con una lata de refresco en la mano – Ni siquiera se han casado y este lugar ya necesita unas cuantas cajas de pañuelos –

- Todos saben que lloran por mi; mi extrema belleza los hace caer hasta el llanto – Tom le quitó la lata de las manos, dio un trago. Angie hizo pucheros, pero lo perdonó cuando el le lanzó un original abrazo.

- Exacto Thomas, lloramos por ti – le apoyó su gemelo con sarcasmo.

- Sabes que si – contestó Tom.

- Aha… - Bill siguió como aliado con el sarcasmo.

- Ay por dios ¡! Bill Kaulitz hasta el día de tu boda vas a pelear con tu hermano ¿? ¡! – Simone puso una de sus manos en la cabeza y comenzamos a reír.

- Claro mamá; es tradición jaja – contestó el entre risas; el acto siguiente fue un lindo abrazo a su gemelo.
Era imposible ignorar la felicidad y buena vibra que se sentía en cada parte del aire. No había nadie que no sonriera en la habitación. Posiblemente el día más especial y hermoso de mi vida entera estaba pasando justo allí. Me sentía realmente bien. La luz de afuera en cada instante aumentaba, iba de acuerdo con mi felicidad. Una luz radiante, sin defectos, una luz que me dirigiría a un momento único, el matrimonio.

- Las novias se tienen que poner bellas – dijo Sam en forma de saludo desde el marco de la puerta.

- Eso es imposible. Más bellas sería imposible – agregó Geo mientras tomaba mi mano; no la soltó hasta que le fue difícil seguir sosteniéndola debido a la distancia. Zel y yo salimos de la habitación dejando los murmullos y sonrisas atrás. Caminamos junto con Samy por el pasillo; los buenos deseos de su parte no paraban. Zel al igual que yo contestamos con una sonrisa, las palabras se habían acallado debido a los nervios y ansias que empezamos a sentir.
Después de varios pasos por pasillos y elevadores dimos directo a una especie de `` spa ´´. Daba la impresión de limpieza y tranquilidad por su color blanco y azul celeste. Varios rostros se emocionaron a nuestra llegada, `` Las estábamos esperando ´´ es lo que se escuchó repetitivamente…

- Bueno chicas, están en muy buenas manos. Las dejo para que se sientan cómodas; me iré a arreglar en la suite – Sam nos señaló a varios de nuestros estilistas – Las damas de honor llegaran en un rato para que también las transformen –

- Gracias Sam, gracias por todo tu apoyo en este evento. Haces que el sueño echo realidad siga continuando – Zel guiñó un ojo.

- No hay de que; ese es mi trabajo – Samantha retrocedió unos pasos y nos contempló – Oh son hermosas – ahora sus ojos se convertían en pequeñas cuencas de lágrimas que poco a poco empezaron a desbordarse.

- Sam… - quebré la voz, pero sonreí.

- Estoy bien; es solo la emoción – sus pasos se dirigieron a la salida del spa, unos pasos endebles – No se preocupen de los invitados, yo me encargo de eso – Samy dijo elevando la voz cuando cruzaba el pasillo; el sonido de sus tacones se hizo muy tenue hasta desaparecer.

- En unas horas estaremos usando un vestido de novia y dirigiendo nuestros pies al altar mientras todas las miradas de los invitados, más de trescientas personas, se posan sobre nosotras – Zelt me volteó a ver, con casi fuego en la mirada.

- Si tratas de ponerme nerviosa, te informo que lo estas logrando – bromeé.
Quería compartir la emoción junto a ella a lo largo de la transformación, pero no fue posible. Los estilistas nos separaron. Después de un relajante baño de espuma, me cubrí con la bata templada y coloqué una toalla en mi cabello…

- Koni ¿? Koni de Listing ¿? – preguntó un chico bronceado, con el cabello teñido de rubio platinado y fuertes músculos que se marcaban a través de su camisa.

- Si, soy Koni – recapacité lo que el chico me dijo – Koni aún. Koni de Listing en un par de horas –

- Perfecto – sonrió – Seré tu estilista – mencionó su nombre el cual olvidé al instante. Mi mente solo tenía lugar para dos palabras: Boda y Georg. Era más que un sentimiento lo que sentía por él. Ni en una sonrisa ni en un millón cabía la felicidad, la felicidad por lo futuro. Cerré los ojos mientras me sentaba en la curiosa sillita; me dejé llevar. Con el ipod en mano y un poco de valor dejé que el chico me convirtiera. Mi cuerpo se relajó.
Pensé en mis tíos; su sobrina, que era como su hija, se casaba. Fue ahí cuando noté que existe un asaltante de tiempo, los años se habían esfumado como agua. Aún recordaba como si fuera ayer todas las pijamadas con mis hermanas, las tareas del colegio que realizábamos juntas, las bromas, los días tristes en los que nos acompañábamos con un par de revistas y varios litros de helado sabor algodón de azúcar las mayorías de las veces, los campamentos, fiestas, en fin, emociones, recuerdos que nunca iban a ser sustituidos ni mejorados.

- Lista cariño – dijo el estilista después que mi ipod había recorrido varias canciones, me sacó de mis pensamientos – Te puedes ver en el espejo –

- Ok – contesté tratando de tallar mis ojos, cosa que el me prohibió con la excusa del maquillaje. Giré mi cuerpo y el reflejo del mismo apareció ahí.

- Que pasa ¿? No te gusta ¿? – Dijo notando que mis ojos se irritaban al punto de casi llorar – No no llores ¡! Lo podemos arreglar ¡! –

- No. Es perfecto – apenas me salieron las palabras. Parecía una princesa de aquellos cuentos eternos. Mi cabello estaba lacio pero con algunos mechones hechos caireles, un crepé intacto nacía arriba de mi frente en donde se posaba a la perfección la pequeña tiara de diamantes negros y blancos. Mis ojos ahumados en la sombra negra, labios jugosos con un toque rosa, piel perfecta con un toque bronceado.

- Te gusta nena ¿? Entonces no llores porque arruinarás mi obra de arte ¡! – el chico me sacó una sonrisa. Sin dudarlo dos veces lo abrasé; orgulloso de su trabajo me correspondió.

- Bien, supongo que ahora tendré que descubrir el vestido – le dije. El un poco confuso asintió. Nos dirigimos a uno de los cambiadores. Al abrir la puerta descubrí que las sorpresas no acababan, el vestido estaba colgado, justo en frente mío.

- Vaya, si yo fuera mujer te lo robaría – dijo él atónito admirando el vestido con delicadeza, pero no más que yo.

……………………

- Wow, luces hermosa – dijo mi estilista cuando ya tenía zapatos y accesorios puestos, por supuesto el vestido también. Respondí con un sincero `` Gracias ´´. Me aproximó hasta un pasillo. La puerta en frente de mi abrió con delicadeza…

- ZEL ¡! –

- KONI ¡! –

Nos abrazamos con una fuerte fuerza después de batallar un poco con el volumen de nuestros vestidos. Mi hermana lucía radiante.

- Tu vestido ¡! Es digno de una princesa ¡! – dijo Zel. Agaché la cabeza para admirarlo una vez más. Un corsé blanco strapless se ajustaba a mi cintura, tenía bastantes detalles en color negro, el ajustado corsé resaltaba debido que de el nacía la falda con bastante volumen, pocas flores negras se salpicaban en esta. Hermoso. No dejaba de admirarlo.

- El tuyo también… - perdí mi mirada en el vestido de Zel. Al contrario del mío era negro, strapless por igual. La falda de esta no tenía tanto volumen a comparación del mío, pero la cola que parecía kilométrica lo hacía maravilloso. En la parte de arriba tenía varios detalles en blanco, brillantes. Su cabello había sido alaciado y después recogido en un chongo que dejaba libres pequeños mechones perfectamente colocados. El maquillaje era muy similar al mío.

- Y estos… son para alcanzar a mi futuro marido – dijo Zel recogiendo la cola del vestido, torció su tobillo para poder obtener la mejor vista de unos tacones bastante altos, los señaló. Zelt no era baja de estatura, al contrario. Aún así Bill le sacaba bastantes centímetros.

- Ja – reí levemente. Nos observamos y otro abrazo se soltó con naturalidad. Era una felicidad interminable; me casaba, y como si fuera poco mi amiga, mi hermana en realidad, también.

- Oh por dios ¡! Que ya abrieron la juguetería ¿? Porque aquí se están escapando las muñecas ¡! – Angie nos piropeo al cruzar el pasillo. Mayiss reía junto a ella.

- Lucen increíbles ¡! – Las observé una y otra vez. Dos vestidos idénticos las vestían. Tirantes finos y figura ajustada con una flor de tela añadida a la altura de la cintura. El de Angie en negro y el de Mayiss blanco. Sus cabellos estaban totalmente lacios y el maquillaje era dulce, armonioso y claro.
Nos encontrábamos allí admirándonos la unas a las otras sin parar; Angie y Mayiss riendo de los, tal vez, absurdos nervios que nos invadían a Zel y a mi. Un `` Tranquilas, todo saldrá bien ´´ de Mayiss y un `` Relájense, hoy es su día ´´ de Angie nos alentó un poco.

- Constanza y Zeltzin ¿? – nos interrumpió uno de los organizadores del salón.

- Si ¿? – contestamos y preguntamos a la vez.

- Es hora – una sonrisa de compasión se dibujó en el organizador al notar que nuestra mirada se atemorizaba.

- Las esperan ya todos en el salón. Síganme por favor – insistió al notar que no nos movíamos. Angie y Mayiss se despidieron, ellas tenían que tomar su lugar. Partieron.

- Vamos a hacer que este sueño se complete de una vez – tomé la mano de Zel, la cual al igual que la mía mantenía un movimiento temblante. Impusimos los primeros pasos que sonaban delicados y rítmicos debido a los tacones, y seguimos los pesados pasos del organizador.

- Aquí es chicas; buena suerte – el organizador se apartó de una forma amistosa dejándonos en la entrada del salón; la enorme puerta cerrada de madera llegaba a intimidar.

- Una princesa sacada de un cuento de hadas – dijo levemente John tomándome del brazo. Acababa de llegar.

- Divina; mi princesa por siempre. Mi bebé vas a seguir siendo aún así cumplas los 50, 60, 70 y 80 años – alcancé escuchar esas palabras que el padre de Zel le dedicó. La tomó del brazo con delicadeza.

- Estas lista ¿? – pregunté a Zel quien me quedaba a un lado.

- Define estar lista – me contestó mordiéndose con suavidad el labio.
- Ja, te amo. Vamos a hacer esto – contesté tomando aire. Las puertas rechinaron cuando se abrieron delante de nosotros. Miles de sonrisas se esparcieron como una epidemia por todo el salón. John dio marcha para que nuestros pasos comenzaran. Caminamos a lo largo del salón, por aquella carpeta blanca que daba hasta la tarima, que ahora era el altar. A nuestros lados las sillas perfectamente acomodadas por hileras estaban desocupadas de momento, pues los invitados se encontraban delante de ellas, honrándonos de pie a nuestra llegada. Más de trescientas sonrisas nos brindaban, y más de trescientos pares de ojos nos admiraban, algunos que otros llorosos. Al final del lugar, en el altar nuestros ya casi esposos nos dirigían miradas. Pude leer la de Georg, las palabras `` Princesa te amo ´´ eran las que se reflejaban en sus verdes ojos. A su lado, Bill dirigía una mirada similar hacia Zel quien caminaba acompañada de su padre, a un lado mío. En el altar las damas de honor sostenían nuestros ramos de novias, acompañadas de los padrinos, Tom, Gustav y Andreas. Un piano tecleaba a lo lejos; su sonido tenue hizo que me sintiera protegida, mientras que para los demás ayudaba a que las lágrimas empezaran a brotar. Tras varios pasos decididos llegamos a las escalerillas para subir al altar, John soltó mi brazo y el padre de Zel el de su hija, tomaron sus asientos para comenzar la ceremonia. Cada una subió por una de las escalerillas que se encontraban a los lados, Angie y May nos entregaron los ramos y dimos inicio a lo que pronto se haría infinito…

- Buenas tardes; casi noches a todos. El día de hoy nos hemos reunido con los familiares y amigos de las futuras familias Kaulitz y Listing – dijo el juez quien nos señaló con los apellidos – Nos hemos reunido para hacer la unión del matrimonio de estas parejas… - El juez siguió articulando un par de frases más, a las cuales, para ser sincera, no presté mucha atención. Perdida estaba en los ojos de Geo que ese día lucían como nunca; pude contemplar mi reflejo en el arillo de estos.

- Acepto – dijo Georg después que el juez diera la frase comprometedora: `` Georg Listing, aceptas compartir el mismo sentimiento hacia Constanza, hasta el día infinito ¿? ´´. Luego la idéntica frase retumbó en mis oídos, haciéndome salir de la contemplación sobre las pupilas de Geo…

- Acepto – contesté mucho más que convencida.

- Ahora, Bill Kaulitz aceptas a Zeltzin como la mujer que a abierto bastantes puertas en tu vida, y a la cual le sonreirás hasta el día en que la luna deje de brillar ¿? – continuó el juez.

- Acepto –

La frase se repitió para Zel…

- Acepto – contestó Zelt con esa típica dulzura, la cual hizo que mi sonrisa aumentara. Tom se acercó con la almohadilla que contenía los anillos, noté que sus ojos ya estaban húmedos…

- Los anillos que sus manos concederán, será la representación de su unión infinita; pueden colocarlos – permitió el juez. Georg tomó con delicadeza mi mano izquierda, el anillo deslizó fácilmente por mi dedo anular, lo aprecié de nuevo unos cuantos segundos. Coloqué el de Georg que también entró con facilidad. Unimos nuestras manos, el sonido cálido de los anillos tintinear. Me hundí en el cálido beso mientras alrededor escuchaba los sollozos y alegría de los invitados. Acabé el beso con un abrazo, encima del hombro de Georg noté que Zel y Bill ya llevaban los anillos puestos.

- Bueno, no me queda nada más que decir. En nombre de la ley, los sentimientos y el amor, declaro marido y mujer a Georg y Constanza Listing, al igual que Bill y Zeltzin Kaulitz. Que la felicidad los acompañe junto a todas las personas que aman – El juez terminó. El sonido abundante de los invitados se formó de aplausos. Tomada de la mano de mí ya marido, observé a todos. Reconocí caras de la infancia y alguna que otra celebridad. Entre sonrisas, aplausos, vestidos y trajes noté esos ojos azules y el cabello oscuro; Alan por su puesto, no puso objeción, sonrío feliz como todos, incluso levantó sus pulgares cuando notó que lo miraba.

- Entonces, vamos a comenzar la fiesta esposa – Me susurró Georg al oído.

- A comenzar la fiesta esposo ¡! – reí por el juego de palabras. Varios organizadores se apresuraron y en menos de un minuto sustituyeron las sillas por las mesas que ya había visto antes. Quitaron la carpeta blanca, así dejando visible la pista de baile.

- Casadas ya hermanas – Angie se acercó a Zel y a mi, se recargó en nuestros hombros.

- Casadas – confirmó Zel tomando las manos de ambas – Las amo –

- Y crees que nosotras no ¿? – contestó mi Sis. Risas aparcaron nuestros rostros. Los invitados empezaron a rodearnos así saludando interminablemente. El DJ puso música de fondo, tranquilizadora. La cena comenzó. Georg y yo nos acercamos a nuestra mesa, evidentemente Zel y Bill se encontraban ahí, junto a Tom, Angie, May, Gustav, Sam y Andy. Tom se emocionó cuando tenía su plato de lasaña en frente. Lo devoró.

- Un capricho tuyo cuñadito, lasaña – río Zel con cariño. El nos guiñó un ojo. Angie no dejaba de verlo, creo que ese día estaba hechizada con los encantos de Tom, y Tom con los de Angie; pues a pesar de las bastantes chicas que había en el salón, no volteó a ver a ninguna. Ni siquiera volteó a ver cuando Andreas le avisaba de alguna. No lo hizo. Llegó la hora del postre, la cual fue un éxito, y después el brindis. Copas de champagne fueron repartidas por todo el salón. Tom y Angie subieron a la tarima.

- Quiero hacer este brindis por mi hermano y uno de mis mejores amigos que hoy reciben el matrimonio – Tom tomó el micrófono – Gracias Bill, gracias por aguantarme desde el día que nacimos, aguantar mi ego elevado, gracias por aguantar mis bromas y estupideces que yo se que en el fondo te hacían reír. Georg en verdad no se como me has podido soportar. Diario mi motivo era hacer que te molestaras; pero esa es nuestra forma de cariño, sabes que te quiero hombre. Brindemos ¡! – Todos tomamos un trago a la copa. Noté como Simone y Marie miraban orgullosas a sus hijos. Angie se aproximó al micrófono cuando Tom lo dejó libre…

- Yo quiero hacer este brindis por hermana y mi mejor amiga que hoy reciben el día que toda mujer desea, el día de sus bodas. Zel verte crecer conmigo desde pequeñas a sido una experiencia que no la cambiaría por nada, en verdad, a pesar de las pequeños disgustos, te amo. Koni, mi mejor amiga que en realidad es mi hermana también, compartir todos esos días de juventud, superar traumas muy fuertes juntas no prueba ni lo que es nuestra amistad. Chicas, conocer a nuestros ídolos es lo mejor que me a pasado junto a ustedes y que más pedir, ahora dos de ellos son sus esposos. Brindemos ¡! – Volvimos a levantar las copas y beber de ellas. Las palabras me conmovieron pero fui lo suficiente fuerte como para evitar arruinar mi maquillaje.
Disfrutando de los últimos tragos del brindis escuché como la música subía de volumen, Bill se paró de inmediato dejando a Zel un cuanto desconcertada cuando el la tomó de la mano y la llevó hasta la tarima con él mientras se ponía un micrófono diadema. Varios golpes en la batería se escucharon en la música, los cuales poco a poco se convirtieron en una música armónica. Bill tomó a Zel de la cintura y comenzaron a moverse lentamente. Reconocí la canción cuando Bill la empezó a entonar, su suave voz me dejo apreciarla. Era `` Always ´´ de Bon Jovi, un clásico que siempre me había encantado.

- Me permites ¿? – dijo Georg parándose de la silla y extendiéndome la mano.

- Claro – contesté. De nuevo a pesar de la canción, pude escuchar el rosee de nuestros anillos cuando unimos las manos. En el centro de la pista, solos, me tomó con su mano derecha por la cintura, y la izquierda la mantuvimos en alto, unidas. Nuestros cuerpos se juntaron un poco más y seguimos la pista con los pies. Movimientos suaves, coordinados y nuestras miradas juntas, como siempre y ahora, para siempre. Su aliento pegado al mió, cálido, con un aroma a colonia, su tacto frío que siempre me hacía titiritar de una forma tranquila. Me perdí en la inmensidad de sus pequeños ojos verdes que con las luces se hacían más brillantes. Nuestros pies mantenían el movimiento constante, hacia atrás y luego hacia adelante, girando a la vez.

- I will love you baby… always and I be there forever… - la dulce voz de Bill seguía el ritmo de la pista mientras bailaba con Zel.

- Por siempre juntos princesa, por siempre juntos Koko – dijo Georg girando su mano haciendo que mi cuerpo tornara figurando una suave vuelta. Sonreí y seguí con el ritmo de la melodía.

- Por siempre Georg – prometí en la siguiente estrofa de la canción. Sus labios a un centímetro de los míos, su cabello castaño que alcanzaba a tocar los bordes de mis mejillas, su anillo a un lado del mío, nuestra respiración al ritmo, mi cabello que se elevaba un poco con las leves ráfagas de viento, todo, todo perfecto.
De reojo vi como varias parejas se levantaban y bailaban haciéndonos coro. May sumergida en el hombro de Gustav; Simone y Gordon quien no quitaban ni un segundo la vista de los gemelos, David hacia compañía a Marie, bailaban divertidos; Sam sin perder oportunidad, se encontraba con Alan; Andreas utilizaba sus técnicas de seducción con una de mis amigas de México; Tom se animó a bailar con Angie, bailando a muy poca distancia, aprecié como sus labios se fundían en un tierno beso, `` A ti y a mi, algo nos espera ´´ dijo Tommy sonriendo cuando separaron sus bocas, por fin había sucedido.
El resto de la fiesta transcurrió imperdible. Un ramo de novias lo ganó Mayiss y el otro Marie. Las ligas las ganaron Tom y Andreas después de una batalla de salvajismo. Bailamos, reímos, lloramos, cantamos y soñamos sin parar. Una fiesta increíble. La boda de mis sueños. Tras las horas de la noche los invitados desalojaron el salón, dejando otro recuerdo en mi mente. El mejor recuerdo de mi eterna colección. Georg y yo salimos a la oscuridad e infinidad de la noche, riendo, abrazados, haciendo tintinear nuestros anillos y besándonos con el sonido. Una vida, una oportunidad había transcurrido por mi ser. Ahora establecía ya la nueva familia, que seguramente aumentaría con los años. Nos tumbamos en el pasto que estaba afuera del salón, junto a los tulipanes rosas que crecían hermosos, Zel y Bill se recostaron ahí también. Se nos unieron Angie y Tom, después de un rato Mayiss y Gustav lo hicieron por igual. Contemplando la luz de la luna, las estrellas incontables. Recordando toda la historia. Oyendo nuestros anillos rozar, el pasto húmedo que refrescaba nuestra mente, recordándonos por todo lo que habíamos pasado juntos. Una historia eterna, un cuento de hadas, una colección de recuerdos, un sin fin de sonrisas, una antología de besos, un sueño echo realidad… Un Trama Irrepetible.

THE END






Gracias por leerme cada capítulo. En verdad l@s aprecio bastante! No me queda nada más que decir. GRACIAS ^^ A sido una experiencia bastante agradable, que me a echo reír, llorar y sobre todo soñar y dejar que mi imaginación volará.

Gracias. Te amo!

kOkO

4 comentarios

ArlettitavOnKaulitz dijo...

T_T

Konii!!!

me hiiziizt chiillar!!!

Maz q zpektakuuular *.*!!!!!!!

Mega RecOntRa geniiiial *.*!!!!!!!!!

Zuper mega recontra hiper mega geniiial!!!!!!!!!!!!!!!

Fabuloozo!!!

+ q fabuloozoo!!!

FELICIDADES KONI!!!

T qedO zuuper *.*!!!!!!!!!!!!!!

Me faziiinO Konii!!!!!

ayyyyy!!

no dejo d deciiirtelo heheh xDDD

Q hermoziiziiiziizziziziizzizizizizizizizimooo fiiinal!! d cuuuento d hadazzzzz heheh ^^

iiii lo mejor d eztoo ez q haraz ootro fan fiic!!!

erez la mejor d laz mejorez!!!

en zeriioo!!!

oiiie!!

no me podraz agregar a miii en tu otro fan fiic!!

plzz plzz plzzz plzzz plzz plzzz

plzz plzz!!

zii???

plzzz

zpero tu rezpuuezta nna!!

cuiiidathe muzho!!!!!

Thiizz iizz the beztt fan fiic of the woorld!!!!! *.*!!!

ztuubo geniial!!

zii me hiizo llorar hehe xDDD

oK!!

zhaO!!!!!!

-->> T qelO miillonez!!!!!

IVETH dijo...

OK, NO TENGO PALABRAS PARA DESCRIBIR TODAAS LAS EMOCIONES QUE SENTI DURANTE TODOS LOS CAPITULOS,ES INCREIBLE COM UNA PUEDE SOÑAR CON SUS IDOLOS Y CREAR UNA BELLISIMA HISTORIA COMO LA FUE ESTA SINSERAMENTE ME ENCANTO SOBRE TODO EL FINAL SI QUE FUE LA BODA EN SUEÑO, QUIEN NO QUISIERA TENER UNA BODA EN "PARIS" HATA YO, BUENO SOLO QUE DA DECIRTE QUE TUBISTE UNA BUENA ELECCION EN LAS CANCIONES Y POR OTRO LADO SIGE ESCIBIENDO COMO LA HACES ERES REALMENTE BUENA.
CUDATE Y BESOS

Anónimo dijo...

A POR SIERTO LINDO VESTIDO :)

IVETH dijo...

NO SOY ANONIMO SOY IVETH JAJA

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