miércoles, 26 de agosto de 2009

Cap. 2 < Empiezas a sorprenderme >

Hola Hola! Buen miércoles, ya a la mitad de semana. Nuevamente les deseo suerte en la escuela, hay veces que es un poco pesada.
El capítulo de hoy ya aquí presente, disfrutenlo y comentenlo! ^^ Saludos.





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- Mucho gusto – me dijo el rostro que poseía la impactante mirada. Para mi tonta fortuna todos acallaron la voz y en la música hubo un cambio de volumen.

- Mucho gusto – murmullé por lo bajo. Su mirada llegaba a intimidar.

- Georg Listing. ¿Tú? – preguntó con amabilidad. Dejé el temor atrás y aterricé mis ojos en los suyos. Hermosos. Verdes, pequeños y un cuanto rasgados.

- Daiana Constanza, pero solo dile Daiana – las palabras me las quitó Elisa, contestando por mi. Se escuchaba un cuanto molesta, su cambio de humor me desorientó. Soltó su copa en la mesa y se levantó de aquel sillón de piel, después eliminando las arrugas del vestido.

- ¿E…? ¿Qué pasa? ¿Acaso no se iban a quedar un rato más? – dijo Bill con la mirada asustada al ver que Elisa comenzaba a tomar sus cosas.

- Nunca lo confirmamos – contestó ella. En definitiva estaba molesta – Gracias por la copa –

- Hey tranquilas ¿Cuál es su problema? Apenas nos estamos tratando – ahora el otro gemelo el que hablaba. Tom Kaulitz.
Atziri lo miró asesinamente y después se defendió, nos defendió en realidad…

- ¿Problema? Ninguno – Atziri frunció los labios – Y no somos perros para que nos tranquilicen. Si te fijas tenemos cara, cabello y pechos de humano –

- Si, créeme que de eso ya me di cuenta. MUCHA cuenta – asintió Tom con una sonrisa pícara, por obviedad refiriéndose a los pechos. Este comentario le dio mucha cuerda a mi amiga para seguir con la discusión.

- Em… ¿Nos disculpan un momento? – les pregunté a los chicos no precisamente queriendo obtener algún tipo de respuesta, pues en menos de segundo ya jalaba a mis amigas hacia otro rincón, de una forma brusca.

- Explíquenme que carajos les sucede – Dije cuando los Tokio se mantenían lo bastante lejos, por lo menos para poder escuchar. Mi cuerpo adoptó una posición tranquila, pero por dentro estaba gritando. Así era como mantenía mi furia la mayoría de las veces, al menos… al menos que mi hicieran explotar.

- ¿Qué nos sucede? – Elisa puso las manos en la cabeza y echó a reír; a burlase más bien – Daiana, no. ¿Qué te sucede a ti? Tengo a Bill Kaulitz en las redes de mis encantos y tú siendo `` La Señorita Parrandera ´´ por alguna extraña razón quieres marcharte de la fiesta del año apenas dada las dos de la madrugada –

- No me siento bien – logré decir entre suspiros.

- … Y como excusa pones el trabajo – continuó.

- Elisa no me siento bien – comencé a irritarme y elevé algunos grados mi voz.

- Vamos, luego nos preguntas que nos sucede siendo tú la de la rara actitud –

- ¡NO ME SIENTO BIEN! – por lo visto acabé con el problema. Mis dos amigas se quedaron perplejitas a mi reacción. Una vez más los tímpanos me zumbaban por la música que había estado escuchando toda la noche, toda esa larga noche.

- Perdón, no quería exaltarte – contestó Elisa pasándome un mechón de mi cabello detrás de la oreja.

- Lamento esa discusión con Tom Kaulitz pero es que… ¡demonios! Realmente se le sube la fama a la cabeza – Atziri dio un taconazo al suelo iluminado para descargar el enojo.

- No nenas, no es su culpa… -

- Te afecta lo de encontrar a tú chico ¿cierto? – Elisa me miró, me miró con compasión tal vez.

- Sí. Me afecta y cada segundo más – di una bocanada de aire – Mejor ustedes sigan divirtiéndose, me marcho a descansar –

- No – Atziri movió su dedo de un lado a otro – Las divas jamás descansamos – En tres segundos Elisa la ayudó para tirarme de la mano, obligándome a regresar y quedarme junto a ellas en el rincón opuesto. En el perfecto rincón…

- Suerte con las miradas `` Daiana Listing ´´ - Elisa murmuró en un tono seductor esa frase a mi oído, no pude evitar una risa boba. Por lo visto ya se había dado cuenta del juego que Georg provocaba a practicar.

- Un rato más a nadie le afecta – Elisa habló con autoridad hacia los chicos, noté que sus sonrisas empezaban a escapar. Ella siguió su camino al igual que Atziri, cada una con uno de los gemelos Kaulitz.
Sin darme mucha cuenta me quedé admirando como una completa idiota la escena, ahí parada, justo en frente de los sillones.

- Daiana – La voz de Georg me sacó de mi nube de pensamientos - ¿Por qué no te sientas? – Me dijo un poco extrañado, a la vez que daba un par de palmaditas al lugar disponible a su izquierda.

- Oh, gracias –

- ¿Bebes? – levantó una botella de `` Jack Daniel´s ´´ y con habilidad la abrió. Limitándome asentí no sin antes acomodarme cruzando la pierna en el mullido sillón.

- Hablemos de ti – me estiró el vaso con la bebida en las rocas.

- ¿Qué quieres que te diga? – lamí mis labios después de dar un trago.

- No lo se – pasó sus brazos al respaldo del sillón con delicadeza, sentí su rosee por mis hombros – Sólo dime, como eres tú –

- Puedo ser de diversas formas. Depende quien y como me traten – exageré la seducción en las palabras, más de lo suficiente.

- Ja, eso me agrada – rió - ¿En resumen? – preguntó tratando de llegar a una descripción más exacta.

- En resumen – agité mi bebida haciendo tintinear los hielos contra el vidrio del recipiente – Puedo ser buena o mala. Puedo ser el cielo o el infierno. Puedo ser Batman o puedo ser el Guasón ja, tú decides –

- Eso no me agrada. Eso… -

- ¿Te excita? – pregunté sin ningún tipo de vergüenza.

- Mierda ¿Acaso lees mentes? – bromeó, le seguí la risa, había sido una respuesta original a comparación de muchas que había escuchado.

- Tres premios musicales está noche ¿uhu? Les ha ido bien – cambié el tema. Efectivamente en la ceremonia de premiación consiguieron casi toda la atención.

- Exacto. Es asombroso el apoyo de nuestros fans – contestó con dificultad debido al nivel de la música.

- Disculpa… no te he escuchado – confesé, solo había observado sus labios moverse pero no pude distinguir las palabras. En menos de tres segundos tuve esos verdes ojos a pocos centímetros de mi cara, pude sentir su tibio aliento y el olor de su colonia, con su dedo índice aparto el cabello de una de mis orejas, sus labios definidos se dirigieron con perfecta suavidad hacía mi oído y fue en ese momento que repitió la frase la cual no había escuchado.

- ¿Fumas? – Georg trató de extinguir el silencio que se empezaba a hacerse presente después del conquistador momento. Sacó de uno de los bolsillos de su chaqueta negra unos `` Malboro ´´ rojos.

- Sólo en ocasiones especiales – dije ya sin hacer caso a mi bebida que aún aguardaba en mis manos.

- Esta es una ocasión especial ¿No? – Georg aplicó un tono sensual. Tomó un cigarro de la cajetilla y después la deslizó por la mesa que teníamos en frente, justo haciéndola quedar a unos centímetros de mi lugar.

- Eso ya lo veremos – dije con el toque misterioso inclinándome un cuanto hacía la cajetilla, siguiendo el juego una vez más, el juego que Georg invitaba a practicar…


1 comentário

ArlettitavOnKaulitz dijo...

AlhÖ Konii!!!

Ayy Danke x el capii ddicado ^^ ztuuvO geniialozoo =D!!

Ya ztoii pikada, ziipi, mega piikada xD ii zpero el proox capii ^^ wiii

Konii regreza ^^ =DDDDD

geniial ^^!!!

t ziigo nna!!!

cuiiidathe muuzho!!!

te qelO miillonez!!!

zhaO!!!!!!!!!

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