lunes, 24 de agosto de 2009

Cap. 1 < Conóceme >

``Conóceme´´ El primer capítulo de `` Ensueño ´´ ^^.
Les deseeo buen inicio a clases a tod@s aquell@s que lo han echo el día de hoy. Gracias por leereme y por dejarme comentarios, en verdad los aprecio y tomo en cuenta. Este Capítulo de hoy se lo dedico a una muy buena amiga y fiel leectora del fic en una ocacion muy especial. !!!Feliz Cumpleaños Arlett!!!. Buen Día a Tod@s! :)




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- ¡Oye! Espera… - volví a escuchar la voz por segunda vez. Un tono claro y definido era lo que me llamaba la atención. Decidí no dar más rodeos y con delicadeza giré mi cuerpo. Su estatura fue lo que me dio el primer impacto; en efecto era el. Bill Kaulitz.

- ¿Si? – le pregunté con un instinto desinteresado. Su mirada lucía esplendida, ilusionada.

- Disculpa – tartamudeó – Bill Kaulitz, mucho gusto – me extendió su mano con esos dedos esqueléticos y kilométricos.

- Supuse que eras tú – dije con tono familiar – Mucho gusto por igual, Daiana Constanza –

Se produjo un silencio bastante incómodo con una duración un cuanto extensa; comencé a desesperarme. ¿Acaso me quería coquetear y no sabía como hacerlo? Lo dudaba. Casi siempre las celebridades tienen éxito en eso.

- Bien. ¿Me disculpas? Mi destino al tocador sigue en pie – afirmé encontrando la excusa perfecta par huir del incómodo, y un tanto raro, momento.

- ¡No! – Bill elevó el tono de la palabra, noté que segundos después se arrepentía de ello – Perdón, te voy a ser sincero y directo –

- Es lo que estoy esperando desde hace un buen rato – no pude controlarme y torcí los ojos.

- Bien, eres muy bella – agachó la cabeza – Sin embargo, tú amiga, tú amiga la que está en la pista, la del cabello perfectamente chino, me ha hipnotizado – soltó una risita torpe. Al oír la frase me desilusioné un cuanto; todo el juego de miradas que habíamos estado llevando no era con la intención que yo creía.

- ¡Felicidades! – levanté los pulgares en un gesto de hipocresía. Sin pensarlo más con pasos acelerados entré al baño de damas mientras la vista periférica me permitía observar el gesto de Bill, en shock. Cuando logré cerrar la puerta del tocador suspiré un poco, pensando en la situación, una vez más había sido utilizada. La gente tenía la costumbre de utilizarme, ¿La razón? Aún no la se.

Después de estar contemplando mi reflejo en el espejo inconcientemente, saqué mi brillo labial y lo apliqué sin darme cuenta en que parte de mi rostro lo untaba. Tenía la cabeza completamente en otra situación, me sentía utilizada, pero lo que más angustiaba a mi ser era el echo de ¿porque le daba tanta importancia a un desagradable encuentro?...

- Daiana, em… ¿Cómo te lo digo? El gloss es únicamente para los labios – Elisa se comía la risa. Acababa de entrar al tocador.

- Amm… ¿qué? – no capté sus palabras. Ella se limitó a contestar moviendo su cabeza hacia el espejo, lógicamente para que yo también lo hiciera.

- ¡OH DIABLOS! – rompí en risas al ver mi reflejo. Mi cara tenía aquella sustancia pegajosa en cada rincón, el recipiente de el brillo labial se encontraba ya prácticamente vació, me costaba trabajo sostenerlo debido a que mis manos también estaban lo bastantes `` brillosas ´´ como para hacerlo resbalar.

- Jajaja, ven, deja que te ayude – tomó un trozo de papel higiénico y lo talló por toda mi cara – Sabes eres un desastre –

- Ja, el burro hablando de orejas –

- Bueno tengo que admitir, tu `` accidente ´´ con el maquillaje a sido lo más entretenido de la noche – confesó mientras yo abría el grifo del lavamanos.

- ¿A que te refieres? – contemplé como el agua salía a presión de la boquilla.

- Ningún hombre capturado aún, bueno ninguno que valga la pena – contestó.

- Eso va a ser imposible. Ningún hombre en el planeta vale la pena – mentí con una cierta diversión.

- Entonces eso quiere decir que… ¿Eres lesbiana? – fingió pánico.

- Jajaja tonta – apreté el botón del secador para manos – Sabes que los hombres son mi debilidad, son mi talón de Aquiles –

- Oh, espera, esa es la razón por la cual hace unos segundos tu cara olía a caramelo – Elisa me dijo, no precisamente en tono de pregunta.

- Esa es la razón – reafirmé.

- Por lo menos ya has visto alguien decente aquí ¿no? – Elisa dio un pequeño brinquito para acomodarse el vestido – No te quejes, ni siquiera Leo Di Caprio me ha convencido esta noche – bromeó.

- Am… ¿y que si te digo que tienes un pretendiente? – dije recordando el asunto del vocalista de Tokio hotel.

- Depende quien sea – fingió desinterés, pero noté en lo profundo de sus pupilas que la idea le emocionaba.

- ¿Qué tal Bill Kaulitz? – chasqué los labios.

- Ahí el asunto se torna diferente – sonrío ladeando la boca. Alborotó su cabello con una mano haciéndolo parecer un cuanto afro mientras que con la otra acomodaba su brassier.

- El juego ha empezado. Mi juego favorito: Seducir – Elisa empujó con precisión la puerta del cuarto de baño y nuestros tacones volvieron a dar fuerza. Sonreí. Si algo sabía hacer mi amiga, era coquetear, a veces yo fallaba en ello.

- Elisa… - interrumpí su camino con dirección a Bill, quien se encontraba en uno de los rincones de la pista, ya rodeado de varias fans.

- Aha – contestó ella un poco fastidiada por mi interrupción.

- Sólo ten cuidado, es un cuanto idiota – le guiñé un ojo. El `` Idiota ´´ era debido a la sorpresa de conocerlo de tal forma, usándome como puente para hacer un ligue. Elisa levantó los hombros y se dirigió hacia el `` Señor Kaulitz ´´.
Me quedé abandonada en medio de la pista. No tuve remedio que volver a seguir el ritmo de la melodía que en esos momentos sonaba, de lo contrario parecería un fenómeno estorbador. Bailé con varios chicos cuyas personalidades no me atrajeron ni de lo más mínimo. Admitiendo las cosas, Bill me había llamado la atención… bastante. Ninguna mirada dentro del `` After – Party ´´ me había conquistado como aquella, pero, ahora era diferente, no había remedio. Elisa seguramente estaría divirtiéndose con él, y eso me alegraba. La felicidad de mis amigas era la mía también.

- ¡EA EA! vamos vamos… ¡mueve mueve! uuú uuú – Atziri salió de la nada tratando de animarme en la pista, ella siempre lo lograba. Juntas éramos el centro de toda reunión, sacábamos sonrisas, inventábamos pasos, algunos ridículos y otros bastante originales, pero podíamos hacer que la persona más amargada del país se moviera.

- Ja ¡Basta! – le ordené. Ya para esas rotundas horas de la madrugada estaba irritada y soñolienta. También todo lo que había sucedido me empezaba a afectar, como una voz retumbante en mi cerebro.

- Uy – Atziri puso sus manos a la altura de la clavícula – Parece que a la señorita Daiana Constanza se le han subido los humos –

- No es eso. Estoy solo un cuanto cansada –

- ¿Un cuanto? – se burló – Yo diría un `` mucho ´´ -

Me dio una palmadita en el hombro, pareciera que telepáticamente nos pudiéramos comprender. Me jaló y zangoloteó un poco, lo cual funcionó, pues casi por arte de magia en unos segundos volví a retomar el ritmo de la canción. Las luces neon de colores se reflejaban en nuestras mejillas y formaban varios circulitos en el piso, me distraje tratando de pisarlos mientras movía las caderas, pero el pensamiento seguía ahí. ¿Qué nunca conseguiría un hombre que me tomara r-e-a-l-m-e-n-t-e en serio?

- Ya conseguirás a un chico – me aseguró Atziri descifrando mis pensamientos – Sólo relájate y llegará –

- Claro – aseguré con una sonrisa desganada - ¿Y que tal todo con el tal Gustav? – cambié el tema.

- Ush… no puedo divertirme con un chico porque ustedes deducen que me casaré con él jaja – infló ligeramente sus cachetes de una forma cómica – No pasa nada, solo bailamos ¿Ya? –

- Ya – asumí como niña regañada.

- Bueno… No está nada mal pero, ¿Has visto a los gemelos Kaulitz? –

- Sólo al tal Bill, por desgracia – las últimas dos palabras las dije para mis adentros.

- Espera ¿Elisa está con él cierto? – sus ojos se abrieron más de lo normal.

- Cierto – ahora me empezaba a hartar del tema.

- ¡La envidio! – Dio una tremenda carcajada, pero aún así no paró de bailar – Bueno, el otro gemelo queda disponible, y… créeme que está mejor -

¿Qué acaso todos los chicos de Tokio Hotel son perfectos? Pensé.
- Tom Kaulitz. Guitarrista. Estilo Hip – Hop, algo así como Sean Paul – resumió su descripción en cinco segundos. Lo identifiqué de inmediato. Sentado junto a Bill y junto a… Elisa.
Los pies comenzaron a arderme de una forma indescriptible y los tacones ya se marcaban en ellos, mi cabeza daba vueltas, comencé a marearme.

- Creo que es hora de que nos vallamos – Atziri hizo algunos pucheros a mi propuesta pero luego aceptó. Caminamos hasta esa esquina, esa esquina llena de rostros perfectos, sin un mínimo defecto. Noté varias copas vacías en la mesa y luego me enfrenté a las caras…

- Elisa, debemos irnos – mordí mi labio como señal de molestia. Varios chicos en la mesa nos ``inspeccionaron ´´, después asintiendo con la cabeza. Elisa frunció las cejas ligeramente al oírme, por lo visto estaba llevando acabo una plática muy placentera con Bill. Ella entre abrió sus labios para responderme pero la compañía le robó la frase…

- Am ¿Daiana cierto? – dijo Bill tratando de recordar mi nombre. Asentí sin verlo a los ojos - ¿Por qué no se quedan un rato más? Puede ser divertido –

- No lo creo. Mañana tenemos bastante trabaj… - corté la excusa justo cuando me topé con esos ojos. No los ojos de Bill. Era una mirada nueva, con más sentimiento y fuerza. Una mirada incluso mejor que la del gemelo Kaulitz. Una mirada hechizante…

2 comentarios

Zeltzin dijo...

hahahahaha xD! y la mirada hechizante es la del deforme de Georg ...?

aii ahaa ^^ hhaahaha nTC!!

aww .. hechizé a Bill [ eaea ]

hahaha amo esto nena ^^

siguele siguele

Daniela Camelo dijo...

me enkanta!!!
siiguela
pliiiz!!!

cdt

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