domingo, 28 de junio de 2009

Cáp.37: La Desición

Todas las miradas de los allí presentes se posaban con las nuestras. Un sentimiento extraño me provocó un escalofrío; una especie de miedo y angustia.
Solo una palabra, Alemania o México… tal vez ya estaba un cuanto preparada para responder; pero no sólo dependía de mí, también era la desición de mis hermanas.

Mis ojos se dirigieron a Zel, con el propósito de enterarme de su opinión. Su gesto era de disgusto pero a la vez de nostalgia.
Notaba que todo le estaba afectando bastante; era Bill quien le causaba este problema.

- Chicas ¿? Am… lamento apresurarlas pero tengo que saberlo hoy – David nos sacó de nuestro pequeño shock.
La mano de Georg que se encontraba en mi hombro me fue recorriendo por la espalda hasta llegar a mi cadera, en donde me sujetó firmemente, como si su caricia fuera una cadena que nunca me dejaría partir.
Volteé a ver a Angie y a Zel; Que pasaría con su futuro ¿? Estaría en México o en Alemania ¿? … En donde estaría el mío ¿?.
Tomé un trago de vino el cual por la adrenalina quemó mi garganta; con unos nervios impresionantes me animé para contestar…

- Creo que iremos a… -

- A México – Zeltzin interrumpió mi respuesta y así alterándola. Los rostros de todos quedaron estáticos y sin expresión incluyendo el mío. Sinceramente yo tenía planeado acompañar a los chicos a Alemania; pero todo lo sucedido le estaba afectando a Zel. Era un punto en donde respetaría la propuesta de mis hermanas… y así lo hice.

- A México ¿? ¡! ZEL ¡! – Angie se paró de su asiento ya en lágrimas y corrió hacia la salida del restaurante; posiblemente como destino a su suite.

- Angie ¡! – gritó Tom y la siguió con el mismo paso acelerado. Estaba apunto de ir con mi hermana pero Georg me detuvo.

- Zel… porque México ¿? ¡! – alegó Gustav poniendo la misma cara de tristeza que Mayiss.

- Creo que ya no correspondemos aquí – contestó mirando rápidamente a Bill; el cual ensuciaba el mantel con sus pequeñas lagrimas negras.

- Claro que lo hacen ¡! Las amamos ¡! Porque tienen que irse ¿? – Georg me miro e intercambiamos las mismas miradas de confusión y futura nostalgia. Era el primer amor que había sentido con tanta intensidad, y no porque fuera Georg Listing el bajista famoso de Tokio Hotel; era él, su forma de ser.

- Tenemos una vida por delante la cual completar, y… no podemos realizarla en Alemania – expliqué ya empezando a mojar mis piernas con lágrimas.

- Pero… Las amamos – agregó Gustav tratando de cambiar la desición.

- Las chicas han tomado una desición Gus, se que a ninguno de nosotros le parece; pero apenas son muy jóvenes, tienen su vida en el inicio… por eso me parece que la desición ya esta completamente tomada – David también lucía triste.
Me acurruqué en la silla y en Geo a la vez; tenía miedo… miedo a que todas las experiencias que nos habían ocurrido con los chicos no iban a continuar.

Bill no puso objeción, pero no se le notaba feliz. Era imposible que todo pasara tan rápido…

- Iré a mi suite – agregó Bill tomándose toda su copa de un trago.
Se alejó de la mesa con pasos firmes y un poco rápidos.

- Nena… se que es su desición, pero… por favor no se vayan – Geo tomó mi mano y le dio un beso y en pocos segundos estaba entre sus brazos, sintiendo la protección que pronto no volvería a sentir…

- Geo, nos tenemos que ir; es por el bien de todos – Zel `` robó ´´ mi respuesta. Tomó la servilleta de tela y se limpio el contorno inferior de sus ojos.

- Bueno… am… pienso que es momento de que hagan sus maletas y empiecen a despedirse. Mañana partimos al aeropuerto verdaderamente temprano – dijo David nervioso y regalándonos una ligera sonrisa de apoyo que realizó con la poca energía que tenía.
En pocos segundos la `` reunión ´´ ya estaba desecha y todos nos dirigíamos a nuestras suites.
……………………

- En serio es necesario ¿? – Me preguntó Geo una vez en la habitación ayudándome a poner mis cosas en la maleta.

- Que cosa amor ¿? – dije colocando unas cuantas blusas de regreso al equipaje.

- Es necesario que partan a México ¿? – el dejó unos zapatos en la cama y se acercó aún más a mi.

- Georg, poco a poco nuestra nueva vida se está construyendo junto a ustedes… pero que pasa con la que se encuentra allá ¿? No la podemos abandonar. Y en estos momentos, para Zel no sería conveniente ni estar un segundo demás aquí – Acabé la frase sin tirar ninguna lágrima, pues mis ojos ya estaban lo bastante secos para eso.

- Te extrañaré – Geo me tomó por la cintura dándome un apasionado beso y luego me brindó una linda sonrisa.

- Yo más –

- No Koni, yo más –

- Mmm… no lo creo Geo –

- Yo se como probártelo señorita Constanza – me retó levantando una ceja seductoramente.

- A si ¿? Pues pruébamelo – Continué su juego.
Con un ágil movimiento me tomó por la cintura posándome en la cama y se acercó poco a poco a mí, lo cual provocó que mi respiración se agitara. Su cabello rozó mis mejillas generándome un suspiro.

- Te amo – agregó suavemente a mi oído. Las palabras me arrebataron la respiración, el aliento y la razón por unos segundos.
Me encontraba en las últimas horas con el hombre que siempre había deseado, junto a mí. El hombre que me había dejado posiblemente los más bellos recuerdos de toda mi vida.
Estando ahí, sus manos empezaron a deslizarse con un fino movimiento por todo mi cuerpo lo cual acompañó con una serie de besos inolvidables.
De un momento a otro su playera ya se encontraba en el piso dejando al descubierto su impactante cuerpo, y sus manos desabrochaban los tirantes de mi jumper provocándome hermosas sensaciones. Las lámparas que estaban encendidas en toda nuestra suite se apagaron produciendo un `` clic ´´ y varios gritos se generaron en los pasillos detrás de la puerta. Sin embargo el hecho de la falla de luz en el hotel, nos dio el inicio a una larga noche…

…………………

- Segura no dejas nada ¿? Ya llevas todo en tu maleta linda ¿? – preguntó Geo a las 6:30 de la mañana.

- Si, segura – dije tomando el equipaje de mano. Ya era la hora de partir. Los últimos recuerdos de Georg se habían grabado con perfección en mi mente a lo largo de toda la noche.

- Pues… entonces bajemos al estacionamiento en donde están todos, antes de que David se estrese y nos de su discurso de la impuntualidad jaja – Georg trataba de conservar el ambiente animado para que las lagrimas de la nostalgia no se presentaran.

- Ja esta bien amor – Georg me ayudó con dos maletas, mientras yo llevaba una más y la maleta de mano, bastante equipaje debido a la hermosa ropa que había comprado junto con mis hermanas en un ataqué de compras.
Antes de cruzar la puerta para dirigirnos al elevador le di un último vistazo a la suite, recreando en mi mente hermosos momentos que sucedieron en esa habitación.

- Te lo vuelvo a repetir, Te extrañaré – me dijo Georg cuando nos encontrábamos en el ascensor y se acomodó la chaqueta de cuero que ese día había decidido utilizar. Mi respuesta fue un típico beso, uno de esos que nunca me voy a cansar de sentirlos.

Cuando las puertas del elevador abrieron en el estacionamiento, la clásica camioneta negra se nos acercó y los chicos de VSD nos ayudaron a meter el equipaje en la cajuela…

- Hola ¡! – Saludamos Geo y yo a unísono al entrar a la camioneta.
Obtuvimos respuesta de todos menos de Bill, quien se encontraba mirando su celular como si nada de lo que estaba pasando le importara.
El camino hacia el aeropuerto estuvo repleto de lágrimas y sonrisas; recordamos todos los momentos y detalles desde el primer día en que conocí a los chicos de aquella forma extraña.

…………………

- Muy bien esta es la sala de espera que les corresponde – dijo David con los boletos en mano. El transcurso del hotel al aeropuerto tardó cerca de una hora que pasó como agua, los últimos minutos en Las Vegas ahora eran tesoros.

- Ja extrañaré los `` disfraces ´´ - dijo Angie sentándose en uno de los sillones individuales de la sala y señalando su gorra y sus lentes que nos hicieron poner para pasar desapercibidos, lo cual no sirvió muy bien ya que varias chicas se acercaron a pedir autógrafos y fotos, en las cual el único que no sonreía era Bill.

- Yo extrañaré todo, y aún más… a todos – dije creando un lindo abrazo grupal en el que Bill no participó.

- Jajajaja Koko, tu siempre con tus cursilerías ¡! Te extrañaré… pero solo un poquito. No te sientas alagada – Dijo Tom dándome las últimas palabras egocéntricas.
Las lágrimas empezaron a mojarme el rostro cuando escuché la voz…

Pasajeros con destino a la ciudad de México, favor de abordar su vuelo.

Esas palabras que me resultaron terroríficas iniciaron las despedidas. Lágrima tras lágrima. Recuerdo tras recuerdo. Todo se quedaría ahí, pero permanecería en nuestras memorias…

- Te amo, y te juro que no e amado a nadie más de esta manera – Geo concluyó su frase arrebatándome el alma con un beso. Tomé su mano por algunos instantes y la solté cuando era casi mi turno de pasar por el detector de metal. Mis lágrimas se convirtieron en océanos y mi mente se bloqueo hasta que escuche la voz de Bill deteniendo a Zel un paso antes de el detector…

- PARA QUE MIENTO ZELTZIN ¿? ¡! NO SOY CAPAZ DE DEJARTE IR ¡! TE AMO ¡! – Tomó a Zel en sus brazos y todo se calló con un profundo beso.

- Yo tampoco soy capaz de dejarte ir… - Ahora era yo quien me había quedado callada, sin poder decir nada por el beso profundo que Georg hizo eterno. Tom hizo el mismo procedimiento con Angie, y Gustav abrazó con profundidad a Mayiss.

Hay veces que una desición tiene que ser tomada, pero está puede cambiar. La Desición ahora transcurriría en Alemania…

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